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El Capitalismo Natural: Una Nueva Forma de Hacer Negocios

En 1999; Paul Hawken, Amory B. Lovins, y L. Hunter Lovins publicaron un artículo titulado: A Road Map For Natural Capitalism (Una ruta para el capitalismo natural), en la revista Harvard Buisines Review. Este nuevo enfoque tiene el objetivo de construir estrategias de negocios radicalmente más productivas en el uso de recursos naturales y resolver de forma rentable muchos problemas ambientales desde la administración de las empresas. El gran objetivo es proteger a la biósfera y al mismo tiempo mejorar la rentabilidad y la competitividad de las empresas, lo que brinda beneficios tanto a los agentes económicos del presente como a las futuras generaciones.

A la nueva forma de hacer negocios se le llama capitalismo natural debido a que es en lo que el capitalismo debería convertirse si se valora apropiadamente la mayor categoría de capital: el capital natural, es decir, el conjunto de recursos naturales y servicios ambientales que proporcionan los ecosistemas. El capitalismo natural implica cuatro grandes cambios en las prácticas de negocios, que están fuertemente relacionados.

1. Incrementar dramáticamente la productividad de los recursos naturales, es decir, reducir el desperdicio de recursos y, por consiguiente, la contaminación, para aumentar la productividad de los recursos, de dos formas posibles: 1) implementando el diseño mediante pensamiento sistémico, que se basa en considerar el sistema industrial como un todo y realizar pequeños cambios al final de la cadena productiva, que resulten en grandes cambios al principio de la misma; y 2) Adoptar alternativas tecnológicas innovadoras que sean amigables con el medio ambiente.

2. Rediseñar la producción de acuerdo a principios biológicos, esto es, implementar sistemas industriales cerrados, que prevengan totalmente el desecho de residuos, en los que cada salida del sistema productivo regrese al medio ambiente como nutriente, tal como la composta, o se convierta en un insumo para crear otros productos.

3. Cambiar el modelo de negocios de aquel que se centra en la venta de productos hacia aquel que consideran la oferta de servicios integrales y aseguren la continuidad en la satisfacción de necesidades. Vender iluminación más que lámparas incandescentes, por ejemplo.

4. Reinvertir en capital natural. Las empresas deben restaurar, sostener y expandir los ecosistemas del planeta, de tal forma que puedan producir sus servicios vitales y los recursos biológicos sean más abundantes.

El gran objetivo del capitalismo natural no se ha logrado como debería debido a que los mercados están llenos distorsiones y existen incentivos económicos que no permiten que las empresas tomen decisiones que conduzcan a un uso más racioanal de los recursos. Los ejemplos más evidentes de esto son la forma en que las empresas asignan los recursos y toman decisiones de compra basados en sus costos iniciales más que en el costo del ciclo de vida completo, así como las formas en que los gobiernos configuran sus políticas y fijan los impuestos. Las prácticas comunes en los sectores privados y públicos recompensan sistemáticamente a las compañías por el gasto de recursos naturales y las penalizan por aumentar la productividad de los mismos.

Sólo mediante el cambio de la maquinaria por trabajo y la reintegración de las metas económicas con las metas ecológicas sería posible realizar el cambio. Los gobiernos y la industria deben convencerse de que trabajar con la naturaleza es más productivo que trabajar en contra de ella.

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